Hace muchos años conocí a una mujer, alguien especial, alguien que daba mucha importancia al pasado, las costumbres y tradiciones. Esa persona no encajaba demasiado bien en el núcleo social en el cual vivía y nos conocimos. Por aquella época yo era bastante joven; una muchachita sin prejuicios que hizo una bonita amistad con esta persona, aprendí de su sabiduría y crecí como persona. Con ella aprendí a disfrutar de los paisajes de mi isla, de la gastronomía y el darme cuenta que ser canario es un sentimiento del que debo estar orgullosa.
Ahora pensaras, a que viene esta historia, pues esa mujer que me enseño la esencia de lo natural, lo hecho a mano, lo tradicional, compartió conmigo esta bonita receta, es una receta que a su vez preparaba su madre, cuando ella era pequeña y vivía en un municipio de la cumbre de Gran Canaria. En aquellos años no había alimento más preciado que la manteca de cerdo, un alimento capaz de proporcionar muchas calorías para mantener a los agricultores en el campo. Hoy en la actualidad quizás creas que eso es impensable.
A lo que voy esta es una receta que ha sido preparada durante años en la cumbre de la isla, una receta que se ha mantenido dentro de una familia hasta el día en que me la regalaron y hoy, hoy llega el día en que yo deseo compartirla contigo.
Ingredientes:
- 800 g. de harina
- 400 g. de manteca de cerdo
- 400 g. de azúcar
- 20 ml. de licor de anís
- 1 huevo
- almendras (opcional para decorar)
Elaboración:
Calienta el horno a 180ºC y coloca papel de horno sobre una o dos bandejas de horno, es recomendable tener más de una bandeja.
Colocamos en un bol grande la manteca a temperatura ambiente.
Añadimos el azúcar y el licor y batimos con una batidora.
Agregamos la harina, mientras amasamos, primero podemos ayudarnos con un robot de cocina, pero luego será necesario amasar con las manos. ¡Bien! las manos en la masa.
Comienza lo verdaderamente divertido, amasar y amasar hasta que la grasa de la manteca se integre por completo en la harina.
No desesperes si parece que la masa no se integra, esta masa no es como las de pan, es decir, no es una masa elástica. Tarda un poco en integrarse pero lo conseguirás.
Una vez puedas juntar toda la masa, moldea dos rollos con ella.
Con un cuchillo afilado corta el rollo en rodajas, del grosor de un dedo.
Si deseas decorar los mantecados puedes colocar una almendra sobre cada mantecados.
Bate el huevo y pinta con este los mantecados, colócalos separados para hornearlos, dentro del horno crecerán.
Me encantan los mantecados, desde pequeña he sido muy golosa, pero sobre todo de dulces secos, de niña no me gustaban las cremas, así que los mantecados era algo que me gustaba muchísimo. Ahora entiendo el porque ¿a que si?
Ya sabes que el propósito de este blog es compartir mis recetas e inquietudes con todos ustedes, si deseas contactar conmigo para comentar o preguntar las tuyas; estaré encantada de leerte. ¡¡¡Mucha suerte y besos a todos!!!
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Hay que recordar las recetas tradicionales para que no se pierdan, me sigue pareciendo increíble como con tan pocos ingredientes se preparaban cosas tan ricas. Gracias por compartirla
ResponderEliminarUn besazo
Muchas gracias Inma, estas recetas son la mejor herencia que nos pueden dejar. Muchos besos y Feliz Navidad!
EliminarEstas recetas de toda la vida son las mejores!! yo tambien hago unos , con la receta de mi madre y quedan deliciosos, nada que ver con los comprados!! Perfectos te han quedado!! Bs.
ResponderEliminarJulia
Muchas gracias Julia, es estupendo tener un legado que transmitir, además son incomparables con los comprados.
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